domingo, 20 de agosto de 2017

REFLEXIÓN Y PROPUESTA

Barcelona, te quiero

Hay semanas en las que no apetece escribir. Tan solo abrazar al que tienes al lado. Todo el rato. Como si se fuera a terminar el mundo.
A veces lo parece. Que el mundo se va a la mierda. O que nosotros vamos a acabar con él. Un abrazo fuerte si estás leyendo esto desde Barcelona. O desde Madrid. O Nueva York. O París. O Londres. O Manchester. O Niza. O Berlín. O Bruselas. O Mosul. O Hizan… Son ya demasiadas las ciudades sacudidas por el odio.
Yo viví de cerca el 11M, como casi todos los que residíamos en Madrid en el año 2004. Y después de asimilar el horror, escribí sobre él. A modo de terapia. Una de las cualidades de la escritura es esa, exorcizar demonios. 
Vomitar las palabras venenosas sobre el papel logra expulsarlas también de nuestro organismo. Porque las vemos de una forma diferente, procesadas y un poco ajenas.
Escribir como terapia. Hagámoslo. Sin miedo. Una frase tras otra. Hasta que duela menos. Y si te apetece, mándame lo que hayas escrito y un día preparo un artículo especial con las aportaciones que reciba.
David Generoso

Esta es la propuesta de David Generoso (si no le habéis leído, ya estáis tardando: https://davidgeneroso.com/). Escribir sobre el atentado, sobre cómo nos sentimos, nuestra reacción ante actos así...

Para mí, este atentado, como cualquiera de los que se producen cada día en cualquier punta del globo, son actos sin sentido. No me cabe en la cabeza que para demostrar que tus ideas, tu religión son mejores, más nobles, más puras, más certeras, tengas que masacrar a gente que no te ha hecho nada, que ni siquiera sabes cómo o qué piensa. ¡Joder! Cuando te pones tu bombita o conduces pensando en cuánta gente vas a matar, no piensas, directamente.
Si te pararas a pensar, si usaras las neuronas para algo más que asentir ante el capullo de turno que te dice lo que tienes que pensar y sentir, y cómo tienes que actuar, quizá verías que esa niña que vas a dejar sin padres o que vas a mandar a la tumba es la misma que te saluda cada día cuando va al cole. O la mejor amiga de tu hija o sobrina o hermana. Que podría ser tu hija, amiga o hermana que ese día se ha saltado tu prohibición de salir y de ir a Ese sitio.
Si te pararas a pensar, verías que esa gente que vas a matar, puede ser de tu misma religión o tener tus ideas. Si te pararas a pensar, verías que esa gente no está haciendo nada malo. Está comprando, paseando, pasando el día con los suyos y que nada de eso se mete con tu religión ni tu cultura ni tus ideas.
¿De verdad crees que matar gente te hace mejor persona? ¿Qué tu religión va a ser más valorada? De acuerdo, lo que queréis es sembrar terror, no pensáis en nada más... Yo tengo razón y tu no. Te mato. Así de simples sois...
Convertís a la gente que matáis en mártires. Convertís a gente de vuestra religión en enemigos...
Esa es otra cuestión claro. En el acto del atentado, culpamos al asesino y, por extensión, a los que son de vuestra raza, cultura, religión (si eso que practicáis vosotros se puede llamar religión, claro). Una eslabón más en la cadena de odio...
¿Por qué culpar a todos los musulmanes de lo que ha hecho un grupo? Es como condenar a todos los cristianos por las atrocidades cometidas en la Inquisición. Es como condenar a todos los alemanes por lo que hicieron los nazis. Es como condenar a todos los judíos por lo que hacen a los palestinos, y viceversa. Es como pensar que todos los vascos son ETA... Un puñetero sinsentido.

¡Puff! Yo ya me he desahogado... ¿Os animáis vosotros? Arriba tenéis la dirección de David Generoso y su invitación a participar en su artículo colectivo.


Un abrazo virtual enorme a todos. Seáis de dónde seáis y creáis en lo creáis... Bueno a todos, menos a los asesinos y sus impulsores. A vosotros sólo os deseo el peor de los infiernos imaginados por vuestras creencias y el olvido más absoluto. No merecéis ser recordados...

Ygerne

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